El cáncer del terreno.

No realizar un estudio de suelo adecuado: Ignorar este paso puede resultar en problemas estructurales graves y costosos.

Falta de un diseño arquitectónico profesional: Confiar en diseños no profesionales puede llevar a una mala utilización del espacio y problemas de seguridad.

No obtener los permisos necesarios: Saltarse los permisos de construcción puede llevar a multas y demoliciones.

Presupuesto insuficiente: No prever adecuadamente los costos puede causar interrupciones en la construcción.

Subestimar la importancia de la cimentación: Una base débil puede comprometer toda la estructura del edificio.

Mala planificación del espacio: No aprovechar al máximo el espacio disponible puede resultar en áreas incómodas y poco funcionales.

Elección inadecuada de materiales: Usar materiales de baja calidad puede reducir la vida útil de la casa y aumentar los costos de mantenimiento.

No considerar la ventilación y la iluminación natural: Ignorar estos aspectos puede afectar la habitabilidad y la eficiencia energética de la casa.

Contratar mano de obra no calificada: Trabajadores sin experiencia pueden cometer errores costosos y peligrosos.

Falta de un plan de drenaje adecuado: No prever el drenaje puede causar problemas de humedad y daños a la estructura.

No tener en cuenta las regulaciones locales de construcción: Incumplir con las normativas locales puede resultar en sanciones legales.

No prever suficiente espacio de almacenamiento: La falta de almacenamiento puede hacer que la casa sea menos funcional.

Descuido en la instalación eléctrica y de plomería: Instalaciones mal hechas pueden ser peligrosas y costosas de reparar.

Sobreestimación del espacio disponible: Construir una casa demasiado grande para el terreno puede resultar en espacios exteriores incómodos o inexistentes.

No planificar para futuras ampliaciones: No considerar posibles ampliaciones puede limitar las opciones de crecimiento de la familia en el futuro.